Niños cineastas trabajan estos días con ahínco en producciones que abordan temas como la solidaridad, la discriminación, la violencia y los derechos humanos. Tienen entre cinco y 12 años, y viven en Iztapalapa.
Con sus cortometrajes derrumban varios prejuicios en torno a su delegación, pero también fortalecen los valores que prevalecen en su entorno, donde no todo es conflicto, afirma Ana Torres, pedagoga y coordinadora de los talleres gratuitos de cine de animación para niños que desde el año pasado se imparten en varias casas de cultura de la demarcación.
Organizados por la compañía Asesoría Integral de Proyectos Especiales (Asine), y financiados con recursos asignados por la Cámara de Diputados y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) para el fomento a la cultura en Iztapalapa, los cursos forman parte de un amplio proyecto que se desarrolla en esa zona y que incluye cineclubes y espectáculos masivos "pero con tendencia cultural y académica, no propuestas populares, es decir, mejor les presentamos un clown que un payaso", explica José Miguel Albino García, director de Asine.
"En Iztapalapa también hay costumbres, juego entre los niños, un espíritu muy solidario; eso lo plasman en el cine que hacen. Es cierto que les gusta mucho hablar de golpes y de la muerte, sobre todo con violencia, nunca hablan de muerte por enfermedad.
Para cambiar un poco ese referente les digo que la muerte es algo que ya tenemos resuelto, pues al momento de nacer ya viene incluida, el reto entonces es hacer la propuesta de una vida padre, a ver si se puede, una vida en la que además enseñes a los otros. Ahí es cuando empiezan con sus proyectos, añade Torres.
Documental sobre el bullying
Las normas para convivir en el taller son sencillas, pero productivas. Estas son: la hermandad, el dar y recibir en equilibrio, el estar consciente de que en la vida hay que pagar un precio, pero cada quien decide cuál y que toda experiencia siempre es para bien, aunque no lo parezca. "A partir de estos puntos los pequeños exponen las situaciones que han vivido y escriben sus historias.
"Tenemos un cortometraje de un espantapájaros que aborda la solidaridad, un aspecto muy valioso que hay en Iztapalapa y que muchas personas no ven o no logran identificar, pues existe el prejuicio de que la delegación es muy peligrosa, pero lo es al igual que en otros puntos de la ciudad, no es cuestión del contexto.
"También hicieron un documental acerca del bullying, donde los niños hablan mucho de la familia, y hay un corto, que todavía no estrenamos, acerca de una calaca cibernética que se dedica a hackear las cuentas de los demás, llega un momento en el que tiene que pagar un precio cuando descubren su debilidad y por ahí la agarran los niños que habían sido hackeados".
Ana Torres, quien trabajó varios años en la asociación de cine para niños La Matatena, apunta que si bien no garantiza que todos los chicos que cursan los talleres continuarán haciendo cine en sus vidas, "lo que sí aseguro es que de esta experiencia algo se les queda: han aprendido a acercarse al cine sin miedo, a generar confianza de que lo pueden hacer, así como la capacidad de compartir, sobre todo en esta edad en la que son muy competitivos. Transformarles la competencia en formas de compartir es un gran logro sobre todo en esta sociedad.
"También han aprendido a acercarse a personajes quitándose la idea de que son inalcanzables (pues a veces el taller cuenta con invitados especiales, quienes comparten con los pequeños sus experiencias como realizadores de cine), dándose un valor a ellos mismos por su trabajo.
Los niños saben que lo que hacen tiene un valor y va a trascender. Se trata de ir integrando capacidades en lugar de decir quién es bueno o malo para tal o cual oficio.
Los talleres de cine de animación se imparten en las casas de cultura Sifón, Vicente Guerrero, Bonfil Batalla y El Casetón, pero de acuerdo con la demanda se podrían impartir en otras sedes.
Asine llevó a la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (Ofunam) a Iztapalapa en diciembre pasado.
El 21 de marzo presentará La Forja en la Sala Quetzalcóatl, a las 17 horas; el sábado 5 de abril estará Son del Montón en el teatro Fausto Vega (17 horas); en ese mismo foro y a la misma hora el miércoles 30 de abril estará Mario Iván Martínez con su homenaje a Cri Cri, y el sábado 10 de mayo la propuesta Mi majestad el bolero, con Roberto D'Amico y Angélica Aragón; el sábado 24 de mayo el grupo Toscana, de música flamenca, y Son de Guanajuato darán función en la Sala Quetzalcóatl (17 horas).
Fuente:www.jornada.unam.mx